Merce Cunningham nació el 16 de abril de 1919 en Centralia (Washington) y murió el en la ciudad de Nueva York a la edad de noventa años después de haber dedicado toda su vida a la danza. Fue un bailarín muy afamado y considerado uno de los coreógrafos contemporáneos más importantes del momento y, cuya obra, ha influido en la mayoría de los profesionales de la danza. Estudió folclore, claqué y bailes de salón en su ciudad natal, para más tarde aprender bailar ballet.
Este bailarín y coreógrafo formó parte como solista principal entre los años 1937 y 1943, de la compañía de danza de Martha Graham, coreógrafa estadounidense de danza moderna cuya influencia en la danza es equiparada a la que tuvo Picasso en la pintura. Este dato nos sirve para comprobar la importancia que adquirió Cunningham en el mundo de la danza durante este tiempo.
En 1944 presentó su primera actuación en solitario y en 1953 formó la que sería su compañía de danza, la Merce Cunningham Dance Company que le permitió aplicar sus ideas innovadoras. Su relación con el músico y compositor vanguardista John Cage, con el que formó pareja artística y personal durante más de cincuenta años hasta la muerte de este en 1992, le permitió la evolución de su estilo. Junto a este músico realizó la mayoría de sus trabajos durante su dilatada carrera, alcanzando sus más grandes éxitos.
Rompió definitivamente con los elementos tradicionales de la danza, basados en la enseñanza de la técnica, y otros como la caracterización del vestuario o la coordinación con la música. De esta manera, consideró el movimiento como su único objetivo a través de una técnica que consistía en la combinación aleatoria de unos movimientos previamente seleccionados. Así, en sus espectáculos la danza, la música o el vestuario se conciben de forma independiente, con lo que era difícil que los bailarines se movieran al ritmo de la música.
Su carrera artística se distingue por su preocupación por aplicar a sus coreografías una innovación constante, incluso con la aplicación de las nuevas tecnologías a las artes. Utilizó los movimientos generados por ordenador para concebir nuevos movimientos que le permitieran encontrar nuevas posibilidades aplicables a la danza como la proyección de imágenes virtuales alrededor de los bailarines. Esto le llevó a colaborar con diferentes artistas de otras disciplinas como la música o el arte visual. Entre ellos podemos destacar a Christian Wolff o el grupo musical Radiohead.
A lo largo de su dilatada carrera, este artista, produjo más de 150 coreografías en las que destacan Trackers, Biped, interscape o Nearly Ninety e interpretó más de 800 eventos. Sus obras han llegado a ser representadas por compañías tan importantes como el Ballet de la Ópera de París o la New York city Ballet.
Recibió numerosos premios y las más altas distinciones que se otorgan en el mundo de la danza como son el título de Oficial de la Legión de Honor francesa o el Premio Imperial de Japón.
Finalmente, Cunningham desarrolló el Plan de Legado que pretende sentar unos precedentes que sirvan para mantener su legado artístico. Así, después de su muerte, este plan permitió a su compañía seguir actuando con una gira de dos años por todo el mundo para, una vez terminada, cerrarse. No obstante, conocedor de las dificultades que conlleva el verse sin trabajo dentro del mundo de la danza, Cunningham decidió antes de su muerte que todo el personal de su compañía seguiría cobrando su sueldo durante un año más al finalizar esta gira.
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